lunes, 26 de noviembre de 2018

Tropiezo

          Hoy he tropezando unas 6 veces, probablemente por exceso de sueño o falta de cuidado. El otro día me caí. Un señor mayor me dijo que lo hice por no levantar mucho los pies del suelo y es verdad. Realmente no lo hago, nunca. Camino al ras, vivo a ras... Nunca levanto mucho los pies del suelo. Esto podría tener una bonita metáfora sobre que no sé dejar que las cosas vuelen o fluyan, que estoy obcecada en mirar por dónde piso y no a donde voy, que no vivo fijándome en mis metas y sueños y que siempre estoy anclada a una realidad concreta, a la tierra. Eso tristemente, no es cierto. Vivo más en mi nube que en mi tierra, pero soy descuidada. Aún así soy lo suficientemente precavida como para saber que darse la hostia desde la nube duele más que dársela a dos palmos del suelo, por mucho que esta situación se llegue a dar con más frecuencia. Todo lo dicho es una mera paradoja que no ha sido creada para ser entendida sino a casua de la falta de café, buenos días.

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