martes, 7 de julio de 2015

Frío

          Frío. Es bastante incómodo sentir este frío. Incómodo a lo mejor no es la palabra que busco. Es... intenso, melancólico, abrasador. Mis manos rojas acarician la nieve suave. El hielo se introduce por todos los poros de mi piel al contacto con la misma. Un tintineo me viene a la cabeza en forma de recuerdo. Antes la nieve, el frío y esas cosas no me gustaban, quizá porque llevaba demasiado tiempo en mi invierno interior, pero por primera vez podía apreciar las sensaciones tan arrebatadoras que producen. Muevo la mano mientras sigo acariciando la nieve y nuestros dedos se rozan. Los suyos escalan por mi mano, mi brazo, mi mejilla. Él ha logrado que me guste la nieve. Me sonrojo y levanto la mirada. Sus ojos verdes me observaban de antes. No se cuando tiempo llevamos aquí sentados en la nieve. Levanto mi mano y le acaricio la cara. Él reacciona al frío de mi piel pero no se aparta, sólo cierra los ojos levemente y sonríe. Me encanta que sonría. Se acerca a mi cara y me besa suavemente los labios. Tiene la nariz fría en contraste con sus labios que arden. Sostiene mis manos entre las suyas. Sólo él podía conseguir que me gustara la nieve.     

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